Mi lengua materna o L1 es el castellano. Lo aprendí en mi entorno familiar, para después lógicamente seguir aprendiendo sucesivamente en la escuela, en el instituto, en la universidad y por el contacto directo con gente cercana a mí que tienen un gran manejo de la lengua española.
He tenido
acercamiento a otras lenguas, en mayor o menor medida, y en algunos casos de
manera puntual. Así pues, mencionaré mi relación con el francés, el inglés, el
portugués, el catalán, el chino y el aragonés, aunque no se le haya otorgado la
categoría de idioma.
Ámbito Personal:
El castellano es mi idioma
vehicular, en lo que yo me expreso de manera natural y cómoda, tanto oral como
por escrito. Lo utilizo en todo tipo de tareas en el quehacer diario y
cotidiano. Es en la lengua con la que me comunico con mi familia, con mis
amigos y vecinos. Hago la compra, escucho la radio, leo carteles por la calle,
anuncios, folletos, formulo preguntas si tengo una necesidad, me comunico con
mi médico, en el banco al hacer una gestión, lo mismo a la hora de efectuar
cualquier trámite en la administración. Sueño en castellano, me enfado y
expreso mi alegría en castellano.
De niña me comunicaba en otra
lengua no reconocida, pero que existía, que era una variante del aragonés. Mis
abuelas y mucha gente de mi entorno empleaban una mezcla entre éste y el
castellano. En aquél entonces me comunicaba con facilidad para cualquier tarea
propia de una niña, con mis mayores y con mis iguales.
En francés me comunico de vez en
cuando con amigas y gente francesa que conozco, generalmente de manera oral,
cuando nos visitamos o por teléfono. Lo puedo hablar y entender de manera oral,
también leer y escribir. Soy capaz de realizar tareas como hacer la compra,
formular preguntas por la calle, entablar una conversación relajada sin una
complejidad conceptual demasiado elevada.
Por mi relación con amistades y
familiares catalanes, visito más o menos a menudo Cataluña. Lo entiendo, salvo
alguna dificultad con cierto vocabulario o que la conversación sea muy rápida,
pero no lo hablo. Lo mismo me ocurre con la escritura, lo puedo entender al
leer, pero no lo escribo. En estos términos las tareas son amplias y
cotidianas.
Ámbito educativo:
Toda mi educación la realicé en
castellano, desde los cinco años hasta la Universidad, y continúo en otras formaciones.
Las tareas pueden ser de lectura de la materia en cuestión, la realización de
trabajos varios, la resolución de problemas, cuestionarios o desarrollo de
temas más largos y específicos.
El francés lo empecé a estudiar en
la escuela a los once años y continué en el instituto. Estando en el instituto realicé un viaje de
intercambio con una chica francesa y ese verano me sirvió para adquirir
soltura, sobre todo en la expresión y comprensión oral. Mi relación con el
francés ha sido muy intermitente, no llegando nunca a conseguir un buen dominio
de su manejo. En estos momentos tengo el título de DELF-B1. Tengo un nivel
bastante homogéneo en las cuatro competencias: expresión oral y escrita,
comprensión oral y escrita, interactuando con otras personas. Mi propósito es
continuar en el aprendizaje.
Hace años hice un pequeño intento
de aprender inglés. Reconozco que no me gusta esta lengua, nunca he estado muy
motivada, por tanto no aprendo bien. Tengo algo de vocabulario y un nivel muy
elemental de gramática.
También inicié el aprendizaje del chino
mandarín, pero por razones de trabajo me vi obligada a dejarlo. Las tareas que
llegué a poder realizar eran muy escasas, básicamente saludar, preguntar por el
nombre, conocer unos cuantos bloques de vocabulario. Es un idioma muy
complicado para los occidentales, tanto por el sonido, como por la escritura.
Ámbito profesional:
El
castellano es el idioma en que me relacionaba con mis jefes y con mis
compañeros. Es el idioma en que realizaba las tareas propias de mi trabajo:
formulaba los proyectos, daba seguimiento a la ejecución y redactaba la
evaluación. Lo usaba también para relacionarme con proveedores o clientes.
Indistintamente en formato oral o escrito.
En
algunas ocasiones me he visto en la situación de relacionarme puntualmente con
clientes de habla francesa, portuguesa o inglesa. Con el habla francesa no he
tenido problemas en establecer una conversación, discutir una propuesta o
responder alguna duda. En el caso del portugués lo he solventado más o menos,
entre mi comprensión y la comprensión del español por parte de la otra parte,
ya que afortunadamente son dos lenguas que a ambas partes nos resulta
entendible la otra. En cuanto al inglés apenas puedo comunicarme, aunque
sorprendentemente en alguna ocasión me descubrí identificando algunas palabras
que fluyeron en mi cabeza cuando más falta me hacía.
Ámbito público:
El castellano es la
lengua que uso habitualmente, pues vivo y me socializo generalmente en España,
también mantengo mucho contacto con personas de habla hispana que viven en el continente
americano. Soy capaz de ejecutar cualquier tarea en castellano.
En francés me manejo si
lo necesito para ir de vacaciones, relacionarme con personas, puedo ir de
compras, preguntar por horarios, por direcciones, hacer algunas gestiones, etc,
y de alguna manera interactuar.
En inglés no puedo
interactuar mucho, pero en alguna situación de emergencia me he visto, de la
que he salido más o menos airosa con la ayuda de un diccionario.
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